2018, momentos de un buen año literario. Y proyectos para 2019

1- Día del Libro. Reconocimiento a autores solaneros. 2 y 3. Presentaciones de Marie en Casa del Libro de Málaga y Sevilla. 4 y 5. Feria del Libro de Madrid: con Francisco Narla y con Arturo Pérez-Reverte. 6. Con Rafael Guerrero. 7. Firmando en la Feria del Libro de Madrid. 8. Marie, finalista en los Premios Atlantis.

Se acaba otro año. De circunstancias, de lo olvidable, lo pasable y lo inolvidable. Siempre se salva y se desecha algo. Y siempre hay que procurar quedarse con lo bueno. 

2018 me ha dejado marcas. Una en la piel, una cicatriz que ya no se me borrará, pero que se ha quedado solo en esa superficie. Y varias por dentro, en el tejido que no cicatriza, solo moldea y contiene. Hechas de momentos que han arañado más en forma de caricias al corazón, que han quemado con pedacitos de pura energía positiva, esos que se pueden ir amontonando para hacer llevadera la vida (monótona y perra por definición) y que apagan o mitigan los que la estropean. A mí me los proporciona escribir, la literatura y los libros. Y todo lo que pueden derivar de combinarlos. Este año han sido unos cuantos y el que viene espero que sean algunos más. Con Marie y otras historias.

Profeta en tu tierra

Nada mejor que celebrar un Día del Libro con el reconocimiento de un pueblo a sus escritores. Un honor entrar a formar parte de ese grupo de nombres solaneros (consagrados y de estreno) dedicados a juntar palabras con arte. Un magnífico rato el compartido aquella mañana de abril con colegas, y algunos también amigos como Francisco Hergueta, recibiendo un grato recuerdo por parte de autoridades y paisanos en el ayuntamiento de La Solana.

Primavera andaluza

Porque siempre es una buena idea visitar Andalucía, pero es mejor encontrarse con buenos amigos que te reciben con los brazos abiertos y los mejores deseos. La excusa perfecta: presentar un libro que, si es tuyo, aún te supone más gratificación.

Veinte años sin pisar Málaga eran muchos años. Me resarcí con creces en un fin de semana de esos que ya no se olvidan, donde te reencuentras con grandes amigos que habías creído ya recuerdos, pero que en realidad siempre estarán ahí. Y con otros que forman parte de etapas de tu vida que, aunque cortas, fueron muy especiales e intensas. Y otros que te ha dado la literatura a través de estas redes virtuales. A todos prometí volver para repetir más buenos ratos.

Sucedió lo mismo en Sevilla, aunque fue una visita relámpago. Pero ya se sabe que lo bueno si breve, dos veces mejor. Más amistades de más etapas vitales a las que también hacía siglos que no veía. Más promesas que he de cumplir, aunque no sea para presentar libros. O sí. Ya se verá.

Mayo de Feria del Libro

Rematé un mayo completo estrenándome en una de esas ocasiones que ni se te había ocurrido soñar. No todos los días vas a firmar en la Feria del Libro de Madrid, en ese parque del Retiro que cada año reúne en sus cientos de casetas a tanto nombre de la literatura nacional y extranjera.

Fue solo una hora y media. Suficiente. Intensa, divertida e inolvidable. Y fructífera también. La ilusión, la visita de familia y amigos y la labia por la emoción del momento hicieron su mejor labor y vendí los catorce ejemplares de Marie. No es nada y es un mundo. Gracias a esos lectores a los que convencí, je, je, je... Y espero que les haya gustado la novela. Fue toda una experiencia, sin duda, de esas que podrías repetir todos los años. De las que te quiten lo bailao por si se queda en única.

Si también consigues saludar a dos de tus escritores patrios preferidos como Arturo Pérez-Reverte y Francisco Narla, pues mejor que mejor. Y más si puedes regalarles tu historia, como detalle testimonial. Eh, yo también he estado firmando aquí...

Otoño finalista

Y ya me vengo a hace un rato. Marie me daba otra alegría al quedar finalista en los Premios Atlantis que concede cada año la editorial que me la publica. Otra de esas experiencias que no tenía desde la infancia escolar donde gané algunas cosillas también juntando mis primeras letras. Pero todo está contado aquí.

Más amigos escritores

Que estaban ahí y te los vas encontrando y conociendo.

Un placer haber participado en las dos últimas ediciones de las Semanas Negras organizadas por Javier Alonso García-Pozuelo en su blog Cita en la Glorieta, y donde he coincidido con gente como, por ejemplo, Rafael Guerrero (no todos los días saludas a un detective privado y escritor).

Y más placer haber conocido a colegas y ya amigos como Gabriel Romero de Ávila. O a poetas tan fabulosos como el ribereño Pedro Arévalo (si te llamas como mi abuelo materno solo puedes ser fabuloso) o la linarense Rocío Cruz, que me han llenado de buenos versos esta última parte del año.

Con Pedro y Rocío

Lo que viene

Pues vienen Los lobos y la estrella, una pentalogía que espero que esté pronto. Para aficionados a la novela histórica ambientada en la 2.ª Guerra Mundial y les gusten también los viajes y las historias de amor. Se cumplen diez años en 2019 desde que la terminé, así que he tardado un poquito en decidirme a sacarla a la luz.


Y quién sabe si el capitán Lung largará las amarras del Old Oak por fin. Pero lo que está seguro es que habrá un poquito más de Lloyd Hunter (ya tenéis un adelanto de su nuevo caso, Magia negra). Y tal vez una cosita corta con dos protagonistas muy especiales, Sandy y Flint, de los que os dejo con la curiosidad.

Pero lo que ojalá pueda terminar de una vez es la novela que llevo ya escribiendo demasiado tiempo. Espero que las musas y el ánimo de todos me sigan acompañando. Así que ¡feliz año nuevo literario a todos!

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