2019. Libros, mis libros y los mejores momentos literarios


Con James Ellroy, Jo Nesbø y Domingo Villar

Se acaba 2019. Por fin. 

Año aciago como hacía mucho tiempo, pero ya se sabe, esta vida perra en general va por rachas y este han tocado malas cartas. Al final lo único que medio lo salva es el toque literario, que ha sido inmejorable. Algo es algo. 

Y como hay que procurar quedarse con lo bueno (poco o mucho), por lo menos lo destacaré. Los buenos propósitos y la satisfacción personal de crear no solo historias, sino también de haber aprendido a darles formas al gusto propio. La enorme emoción de haber conocido a tus grandes entre grandes de la literatura mundial, y a varios colegas más de casa también admirados y queridos. Así que sí, me quedo con eso. Pues al lío de este resumen anual.

Mis nuevas novelas: trilogía de Los lobos y la estrella y la vuelta de Marie

Pues sí. Los lobos y la estrella es una historia de hace diez años que ha visto la luz más pública y de manera profesional al decidir autopublicarla. Conocimientos de edición y maquetación -y ganas de enredar también- me animaron a darle forma física después de revisarla y descomponer en tres partes. 

Dos de ellas ya están a la venta en Amazon, con formato de papel y libro electrónico, a precios muy asequibles. Van dirigidas a los amantes del género histórico ambientado en la 2.ª Guerra Mundial, el romántico, de viajes y con toques negros. Pero es mejor echarle un vistazo aquí para saber todo y más de ellas.


Y después de la digamos mejorable experiencia con editorial que cerré en septiembre, he querido darme el gusto de hacer una nueva edición en papel de Marie, mi primera novela publicada. Con nueva maquetación y formato de bolsillo, está disponible ya también por un precio para no pensárselo. Aquí está todo sobre Marie, el Francés y su muy especial historia de amor.  

Mis libros del año

La verdad es que no he podido leer todo lo que hubiese querido, pero siempre destaco esas lecturas que me llegan. Y este año han sido tres, aunque si anda algo de Jo Nesbø de por medio -y afortunadamente llevamos unos cuantos en que lo hay-, desaparece todo lo demás, la verdad. El colmo de los colmos es que en este el señor Nesbø se ha hecho carne mortal, además de cortarnos en dos con ese Cuchillo, mi libro del año.

Otro que copa cimas y loas en mi altar es Arturo Pérez-Reverte, que se vuelve a colar entre los más vendidos y en mi lista con dos títulos: Una historia de España y ese Sidi, su muy particular visión sobre don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid para los colegas. Pero hasta el Campeador se tuvo que detener con sus huestes cuando llegó ese huracán del infierno más divino que es Harry Hole.

El año empezó ya más que bien con la esperadísima y más que buena El último barco, de mi más admirado escritor patrio, que es el gallego Domingo Villar con su estupendo inspector Leo Caldas y su tremendo ayudante Rafa Estévez, a los que echábamos tanto de menos después de diez años de su anterior historia. 

Mis grandísimos escritores

La verdad es que para hablar sobre haber conocido a tres de mis más admirados e idolatrados escritores (de novela negra, mi género preferido) casi que es mejor ver mis caras. En estos casos, efectivamente, las imágenes valen más que cualquier palabra.

Pero sí tengo que apuntar que aparte de ellos, ya consagrados y santificados por crítica y lectores de medio mundo, también he tenido la oportunidad de conocer a otros, tanto personal como virtualmente. Mi trabajillo como redactora en Actualidad Literatura es lo que tiene. Así que ahí se me ve con Ana Lena Rivera, una estupenda escritora, autora de Lo que callan los muertos (Premio Torrente Ballester 2017), a quien he tenido el placer de leer y compartir uno de esos momentos.

Y en estos últimos tiempos sigo la trayectoria de José Zoilo Hernández (trilogía de Las cenizas de Hispania) e I. Biggi (Valkirias), que soy muy también de novela histórica. Espero saludarlos también un día de estos.

Con Domingo Villar

Ya he escrito por aquí más de una vez sobre Villar y sus magníficas novelas protagonizadas por el inspector vigués Leo Caldas. Ha sido una suerte saludarlo hasta en 3 ocasiones este año, la última en Getafe Negro, donde me hizo mucha ilusión que me recordara también mi faceta de escritora. Las dedicatorias en sus libros han sido las mejores.

Ahí estoy en marzo, en la presentación de El último barco, abril y el pasado octubre, también encantada por saludar a otro grande de la novela negra patria como Lorenzo Silva, magnífico comisario de Getafe Negro.

Con James Ellroy

En septiembre suerte inesperada y total en un concurso de Random House para conocer a James Ellroy, el enorme Perro Rabioso de la novela negra norteamericana más cruda y salvaje. Un mito. El creador de uno de mis personajes favoritos de todos los tiempos, Bud White, y de una historia, L. A. Confidencial, cuya versión cinematográfica es la película de mi vida. Al único al que he homenajeado con una muy humilde novela secuela de ella. Único en su género y estilo. Esta fue la crónica.

Con Jo Nesbø

Han pasado dos meses ya y sigo digiriéndolo. Imposible no repetirme, pero es que es así. Este noruego tirillas y (no tan) poca cosa se ha hecho el AMO de esta década en mi corazón literario. Vamos, no le tose ni Odín, y son innumerables los artículos que llevo ya dedicados a él y a su monstruo, Harry Hole. Los mejores días de este año fueron esos 23 y 25 de octubre. Sin duda. 


Y alguna cosilla más

Que he vuelto a participar en la Semana Negra del blog Cita en la Glorieta, de mi colega Javier Alonso García-Pozuelo.

Y que he compartido ondas y otra magnífica entrevista (se emitirá el próximo día 4 de enero en su programa De cero al infinito) con don Paco de León, un grande entre los grandes de la radio y la locución de este país.


Que sigo corrigiendo novelas de autores que publican con editorial o autopublican. Que han sido ciento cuarenta y muchos artículos en Actualidad Literatura (ya voy camino de los quinientos). Y que ahí continuan los buenos amigos que me animan para escribir más historias. 

A ver si el 2020 me trae la inspiración para acabar la novela que ya llevo un siglo rematando; y unos relatos: dos casos más de mi detective Lloyd Hunter (que también va camino de convertirse en novela), cierto capitán inglés y una pareja muy especial de cuatro patas. Ya veremos...

Muy feliz año.

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