ESOS POCA COSA CON SU COSA

Canícula de julio, el verano me aplatana. Solo apetece escribir de asuntos ligeros como el cine o los muchachetes. Echemos mano de ellos. 

   Quien me conoce un poco sabe de mi gusto por esos especímenes masculinos (de cualquier nacionalidad, raza, condición y actividad) con hechuras de bestia parda poco evolucionada, animalitos como los de Crowemagnon... Perdón, que se me han ido un par de letras por asociación de conceptos. Quería decir de Cromagnon. Y si tuviera que tirar de lista, me tocaría dedicarles un blog exclusivo. Una ínfima muestra se pudo ver ya en aquellos ejemplos de carne gourmet junto al salchichón justiciero.  

  Pero una también tiene cierta debilidad por otras criaturas a las que la Naturaleza, en su múltiple variedad, no ha dotado de armazón muy consistente o de carrocería lucida. Estas criaturas, en mi inventario, son los

y tienen esos rasgos y morfología peculiares, perfectos para reflejar precisamente esa imperfección, desde la física a la psicológica. Pero quizás por eso tienen su aquel, por lo menos para mí. Me gustan y ya está, porque los gustos no tienen explicación. Me dejaré un ejemplo comparativo para el final. Pero ahora paso a revisar a algunos de esos poca cosa (o mucha) que un día simplemente me llenaron el ojo y me tocaron el corazón. 

  Normalmente ocurre que me inspiran ternura, como John Hawkes, David Tennant o Tony Leung Chiu Wai. Pero otras es morbo, incluso repelús. No se puede ser más ¿feo? o dar más ¿miedo? Pero ¡qué grandísimo trabajo te están ofreciendo!, ¡qué matices, qué poderío, qué actorazos!

  Empecemos por John Hawkes (Minessota, 1959), que igual es el menos conocido en general. O no. Porque quien haya visto esas películas es posible que se haya fijado en este actor enjuto, de ojos claros e inocentes, secundario eterno y buenísimo. 


American gangster 


Deadwood - Perdidos


La tormenta perfecta. Y en Las sesiones terminó de enamorarme.

   Siguiendo en los Estados Unidos, un grande de los grandes. Secundario, protagonista o lo que quiera porque lo hace todo bien, en especial dar bastante miedo solo con mirarlo. No necesita presentación. Basta con ver esta imagen.

  Por supuesto. El señor Willem Dafoe (Wisconsin. Hoy precisamente le caen los sesenta y un julios).

 Miedo no, da terror, pero no se puede ser más único y extraordinario. Sin complejos ni tonterías. Desde ese inolvidable sargento Elías de Platoon, o el Duende Verde del infumable primer Spiderman hasta las rayaduras más rayadas en Anticristo. O directamente de Cristo. Lo que no hace es dejar indiferente a nadie.


Grandioso en Arde Mississippi

  Si nos venimos a la vieja Europa es imposible no recalar en los hijos de la Gran Bretaña. Y ahí tenemos a dos buenos ejemplos de la verde Escocia.

 A David Tennant (1971) lo ha visto medio mundo en Harry Potter y el Cáliz de Fuego o en la mítica Doctor Who, y más recientemente en la serie Broadchurch.




 Pero es el mundo entero el que conoce al magnífico Robert Carlyle (1961) desde que hace ya mucho diera el campanazo en Trainspotting.

  ¿Y quién no se enamoró de Gaz, aquel arrastradillo de Sheffield que hacía lo que fuera por salir adelante en esa joya y bombazo que fue Full Monty? Aunque en realidad nos enamoró esa panda entera de actores geniales que hicieron una de las películas más agridulces pero divertidas de las últimas décadas. 

  Pero Carlyle también ha hecho de todo y lo ha clavado, desde Hitler hasta el villano de turno y muy muy villano en El mundo nunca es suficiente, dándole caña a James Bond.
  Pues eso, que estos poca cosa igual no lo son tanto, pero no podemos acabar sin mirar al lejano oriente donde encontramos otro. También actor de categoría y de tamaño reducido, pero ya se sabe que las grandes esencias están en frasquitos. Y este es MUY grande. Los aficionados al cine oriental deben no solo conocerlo, sino adorarlo por donde pisa porque el señor Tony Leung Chiu Wai (hongkonés del 62) es estrellón de estrellones.
 Si alguien no ha visto Infernal affairs (toda la trilogía), está tardando en buscarla y ponérsela ya. O puede leer esta reseñaIgual que si no se han visto estas. 
Deseo, peligro 
Acantilado rojo
  En fin, que ya vemos que el mundo está bien repartido entre Land Rovers y Minis, elefantes y hormiguitas, o el raquítico Azuer que pasa cerquita de mi pueblo y el gran Volga. Que de todo tiene que haber en esta viña del Señor.

  Y ahí va ese último ejemplo de contrastes que pueden gustar por igual.

  Misma especie de salmones noruegos nacidos en las mismas aguas aunque con once años de diferencia (pero el frío seguro que seguía siendo el mismo) y sangre vikinga asegurada al cien por cien. Rubietes, ojos claros... Uno le da a la teclita como escritor, el otro le da a las pelis. En fin, podrían haber sido hermanos o primos, vaya. Nada, la distinción es mínima, solo que uno es un tirillas máximo exponente de los poca cosa y el otro es... OTRA COSA. Pero los dos tienen su AQUEL. ¿O no?
Jo Nesbø (1960) - Trond Espen Seim (1971) 
Es que si no sale este par por algún sitio, no duermo por la noche...

  En fin, a no pasar mucho calor y a disfrutar de esas cosillas que te hacen sentir bien en la vida, sean como sean y hagan lo que hagan.

Mariola

Comentarios

  1. No se como te las arreglas pero hasta para hablar de los "tirillas" te refieres a uno, John Hawkes, que sale en American Gangster con el australiano. Vaya, parece que veo a Crowe detrás de él cuando sube las escaleras para reventar el laboratorio de heroína del menospreciado Denzel Washington. ¡Qué afición por Russell!
    Lo de Robert Carlyle es insuperable. Pero otra historia es lo Dafoe, como ya te comenté. Es una de esas personas que han venido al mundo para no pasar desapercibidas. Está claro que deja huella. Da un poco de envidia este Dafoe, no por lo feo o lo bocazas, sino por lo de no dejar indiferente. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y veo que también te voy a fichar como crítico cinematográfico... Pero ¿cómo no te vas a imaginar que me las arreglo para sacar donde sea a esa bestia parda australiana? Pero aquí había justificación, que no tengo la culpa de que Hawkes coincidiera con él en _American Gangster_, peliculón por otra parte de reparto impecable y magnífica ambientación. ¡Y pedazo de escena la que dices, de lo mejor!
      Pero ya ves que no solo vivo de tocino antípoda, que también me gustan todos esos tirillas.
      Y sí, ya comentamos sobre Dafoe, pero ahora quiero recordar que a ese sargento Elías lo vimos también hace 30 años en el mismo sitio: Valencia City, mes de mayo, por la tarde esperando a embarcar por la noche hacia Mallorca. ¿O no estuviste tú? Me extrañaría... ;-). A ver, rebobina también tu memoria de pez. Pero sí, Dafoe me gusta hasta en _Las vacaciones de Mr. Bean_.

      Eliminar
    2. Me estás sobrevalorando, solo doy mi humilde opinión. Lo tuyo con Crowe se entiende. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. American Gangster es una de mis películas favoritas de los últimos veinte años. La integridad del personaje que hace Crowe me impresiona. La honradez no está de moda.
      En cuanto a lo de Dafoe, en su papel de sargento Elías, mi memoria vuleve a fallar, creo que no estaba en ese cine. Si es así, perdona, tengo los niveles de serotonina un poco bajos. Hay que darle un repasillo a ese viaje. Un abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario