SPANDAU BALLET EN CONCIERTO. Madrid, 18 de junio de 2015
La primera vez que volé fue a Grecia. Era la Semana Santa de 1985, en abril, en uno de los peores momentos demasiado tempranos de mi vida, el peor y más doloroso. Me pasé las tres horas y media de vuelo a Atenas mirando por la ventanilla, fascinada, escribiendo sobre los pasajeros y la experiencia y escuchando esto en mi walkman: El pasado día 18 un espectacularmente atractivo Steve Norman, más aún que a los veinticinco, nos daba las gracias y comentaba, en tono emocionado y en su estupendo español, que ahí seguíamos todos después de treinta años. Juntos. Después se despedía con las otras cuatro leyendas de una de las más grandes bandas del pop británico de todos los tiempos, reyes indiscutibles de los 80 con sus compatriotas e igualmente admirados Duran Duran. Steve, por supuesto, tenía razón. Porque en treinta años, además de haberlos vivido y haber descubierto y escuchado un montón de música más, la de Spandau Ballet ha seguido ahí. Canciones que te aprendis