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Pinceladas de palabras en el caluroso agosto

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Recortes del córtex cerebral a vuelapluma cuando hace demasiado calor un domingo por la mañana. El catre al lado de la cama grande. Su voz grave, con matices según los personajes. Quizás era por la mañana, al despertar, o por la noche para dormirme. Las siete cabritillas . Entonces era el más fuerte y el más sabio. ** El río corre pardo, como si tuviera polvo encima. No ha llovido. No llueve. Al río le sale humo con este bochorno. ** Se fue en agosto de vacaciones. Se tenía que ir. Igual que yo. Septiembre se me antojó lejos como la eternidad. Es lo que ocurre cuando se ama a los diecisiete años. ** Las sillas rojas y blancas. La pesada cortina naranja del escenario al fondo. El rincón al lado de la puerta. Oscuridad, frío y silencio en el enorme salón de actos. Tarde de viernes. «Reflexiona sobre lo que has hecho. Purga tus pecados». Luego las dos, de hinojos, pedimos perdón a Dios en la capilla. No sé si me oyó. No creo. Ya no me duele el recuerdo ni la mano abie...

AL COLE

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En estos días salen los niños en la tele con sonrisas luminosas y dicen entusiasmados que están encantados de volver, que echaban de menos a sus amigos, que las vacaciones han sido muy largas. Alguno que otro comenta (pensándolo más despacio) que igual estaba mejor bañándose en la piscina o en la playa, pero las cámaras y los reporteros con alcachofa imponen bastante y el crío añade que, bueno, que sí, que está contento, que se lo va a pasar muy bien en el cole.      Si a esa edad se me hubieran acercado a mí los de la alcachofa en ese  primer día, habrían obtenido la respuesta más real: no, no quiero volver, no me he acordado ni un minuto de mis amigos y estaba muy bien de vacaciones. Y en mi más profundo interior, o no tan profundo, porque tengo la lengua muy sucia desde que me acuerdo, hubiese rematado con un "joder…". Hoy sería un contundente "no me toques los cojones que te tragas el micrófono, gilipollas".      En fin, es posib...

LOS CARDOS Y LOS "CARIS"

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  Esto es un eryngium campestris o, en román paladino, un cardo, concretamente un cardo corredor o setero, que además tiene muchas propiedades beneficiosas.  ECOAGRICULTOR - CARDO CORREDOR  Así que vaya por delante que yo, aunque sin espinas aparentes a la vista, soy de naturaleza   parecida . Derívese a más agreste o abrupta en días revirados y, en modo habitual, con tendencia a mantener las distancias, salvo en circunstancias de mucha confianza o en las más íntimas. No porque vaya a pinchar a nadie, para eso a veces es más efectiva una mirada que una espina, sino para que no me pinchen a mí ni por defecto ni por exceso.    Dicho esto, la cuestión es que en absoluto rechazo muestras de afecto, cariño, amor y similares si no son excesivamente empalagosas o repetitivas, pero será difícil que salgan de mí en igual medida. Además, a estas alturas de la película, a la gente que me conoce (familia, amigos...) le so...